ADVERTENCIA POR INSCRIPCIÓN ONLINE
El gremio docente denunció que la nueva modalidad de inscripción desalienta la “continuidad de estudio” en las familias con menores recursos tecnológicos.
Los docentes porteños nucleados en UTE-Ctera reiteraron su rechazo al nuevo sistema de inscripción online o por teléfono para escuelas públicas porteñas, y advirtieron que “desa-lienta la continuidad del estudio” en las familias de menores recursos que pueden no tener herramientas tecnológicas; y que para comenzar la escolaridad o registrarse por primera vez en el sistema escolar porteño, o al comenzar primaria o secundaria, la inscripción no sea presencial, como es habitual, “es una barrera”, dijo a Página/12 Eduardo López, secretario general del gremio. “La falta de herramientas tecnológicas cruza todos los sectores. Es más un tema etario que social. Una persona que no usa Internet con frecuencia prefiere ir, anotar, llevar el DNI. Lo que pedimos no es contra la tecnología. Decimos que la mamá o el papá que quiere anotar a su hijo por Internet, está bien, puede hacerlo. Pero que no se excluya a los que quieren hacer el trámite personal. Con esta decisión se los excluye, y la inscripción pierde su concepto pedagógico: el padre o la madre no puede ir, conocer la escuela, hablar con la directora, hacer preguntas sobre la propuesta educativa.” Por eso, en una conferencia de prensa, UTE pidió la “suspensión” de este tipo de inscripción y que “se abra inmediatamente la inscripción histórica para impedir la fuga que ya se está produciendo”.
El nuevo sistema, anunciado la semana pasada, estipula que la inscripción se realizará entre el 4 y el 22 de noviembre, mediante el portal del gobierno porteño o dos líneas telefónicas (el 147 o un 0800). Al momento de anotar al alumno no es posible elegir establecimiento, como hasta ahora, aunque sí puede indicarse una lista de cinco escuelas prioritarias. El resultado será anunciado en diciembre, mediante correo electrónico, y “se publicará en el sistema y en las escuelas, y se informará a quien lo solicite a través del 147”, detalla la información oficial en la web del Gobierno de la Ciudad.
López evaluó que la brecha tecnológica que abre la nueva modalidad de inscripción puede leerse en distintos niveles, pero tendrá una misma consecuencia: el achicamiento de la cantidad de alumnos en el sistema porteño de educación pública. Por una parte, que sólo las escuelas públicas deban cambiar su inscripción tradicional implica “discriminación”, porque los establecimientos privados no pasarán a utilizar esta modalidad. “Eso desalienta la inscripción en las escuelas públicas estatales y hace que quienes tienen fondos y quieren anotarse directamente, migren a los establecimientos privados. Y no se entiende la diferencia de criterio entre públicas y privadas, que por otra parte en su mayoría reciben subvenciones estatales”, señaló López.
“Anotar a un hijo en la escuela es mucho más complejo que sacar turno para renovar el registro, que es un trámite que sí puede hacerse por Internet sin más complicaciones. Y además, esto que ahora se va a decidir, no sabemos con qué criterio, no va a contemplar situaciones particulares que suceden. Por ejemplo, yo doy Geografía en un secundario de Soldati, a la noche. Es una escuela con alrededor de 500 alumnos. Hay muchas alumnas ya madres, chicas de 15, 16, 17. Y en la misma escuela hay un jardín, entonces muchas de mis alumnas dejan a sus hijos en el jardín antes de entrar a tomar clases ellas. ¿Cómo en la escuela van a decir ahora a esas madres que vayan a anotarse por Internet? ¿Dónde queda registrado ese caso? Si puede, esa chica se va a la escuela parroquial de enfrente”, explicó López.
En otros casos, los padres pueden decidir anotar a sus hijos en un colegio determinado por motivos estratégicos para la vida cotidiana (un establecimiento cercano a su trabajo, aunque no a su domicilio) o por la oferta educativa particular, como en los colegios especializados con orientaciones. López sospecha que la nueva modalidad de inscripción excluirá una cantidad importante de alumnos y no es casual. “El presupuesto educativo viene bajando en la Ciudad: hace 10 años era el 30 por ciento, el año pasado fue de 24 y en el proyecto de presupuesto de este año es de 21,7. Con ese presupuesto menguante, la única solución es bajar la matrícula.”