PARA PRESRVAR LA HISTORIA
El diputado Javier Andrade (Frente para Victoria) está proponiendo que se declare al inmueble donde funcionó la “Confitería del Molino” patrimonio cultural de la ciudad de Buenos Aires.
Entiende el legislador que el edificio ubicado en Avenida Rivadavia 1801, frente al Congreso de la Nación, cumple con lo previsto en el marco de la Ley 1227, que propicia el reconocimiento de los espacios con valor “histórico por su vinculación con acontecimientos de destacado valor antropológico, social y cultural”.

La mención abarca a los “bienes muebles e instalaciones originales existentes en el inmueble”, extendiéndose a la propia “marca Del Molino (…) registrada en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) por Nietos de Cayetano Brenna S.A”.
Andrade, además, quiere que se incluya a la “carta gastronómica que distinguió a la Confitería del Molino, (…) patrimonio cultural de la ciudad de Buenos Aires”. Una carta que tiene entre sus históricas propuestas el Postre Leguizamo; el Postre imperial ruso; las Almendras azucaradas; el Postre Saint Honoré; el tradicional Pan dulce del Molino; el Panettone de castañas y el Marrón Glacé.
En los fundamentos del proyecto presentado el diputado Javier Andrade reconoce que existe una deuda pendiente que los/as argentinos/as tenemos con el patrimonio: la “Confitería del Molino, cerrada un 23 de febrero de 1997”.
Recuerda que “en ese mismo año, fue declarada monumento histórico nacional, a través del Decreto 1110, lo que, sin embargo, no evitó su creciente deterioro”.
Rescata que el hoy diputado porteño Roy Cortina (Partido Socialista) fue en su momento impulsor de un proyecto en la Cámara baja, que no logró convertirse en ley.
Fue la misma Cámara de Diputados la que el 12 de noviembre de 2014, por unanimidad, sancionó un proyecto del Senador Cabanchik que dio lugar a la expropiación, sumado a la decisión -en septiembre de 2015- de la presidenta Cristina Kirchner de ordenar la misma, donde se prevé la reparación y puesta en valor del edificio.
Frente a este proceso Andrade aclara que el “objeto del presente proyecto es contribuir a una protección más acabada a la par que reconocer el valor que la Confitería del Molino “.
Se trata de un edificio centenario del que, más allá de este nivel de protección dado por el Congreso, “no se ha contemplado la protección de los bienes muebles ni de las instalaciones originales ni de la marca, de ahí la necesidad de que sea la Ciudad la que, sin interferir en los procedimientos expropiatorios y poniendo en marcha el plexo normativo que protege su patrimonio, dé su propia cobertura legal y active patrimonialmente una serie de bienes que, si bien se reconocen como nacionales, tienen una impronta fuertemente porteña”, según expone el legislador.
“Buscando -dice Andrade- completar un plexo normativo de protección patrimonial, que permita que, una vez expropiado el edificio de la Confitería del Molino, sus salones puedan volver a brillar con las instalaciones originales, los bienes muebles aún existentes en el edificio y aquellos que puedan ser recuperados”.
Por sus históricas mesas pasaron poetas y escritores como Amado Nervo, José Ingenieros, Oliverio Girondo, Roberto Arlt y Ramón Gómez de la Serna. Eva Perón y Niní Marshall también fueron habituales visitas, en tanto el diputado Alfredo Palacios justificó la difundida frase que adjudicaba al Molino el status de tercera Cámara por las determinantes decisiones que se tomaron alrededor de sus mesas.
Un momento culminé de la historia argentina tuvo lugar en la memorable Confitería del Molina, donde “apenas recuperada la democracia, en diciembre de 1983, se realizaron en su salón principal históricas y fundacionales reuniones para respaldar la incipiente visibilización de las atrocidades cometidas por la dictadura cívico militar religiosa”, tal como lo recuerda Andrade.
“Consolidada la CONADEP -agrega el legislador- en el emblemático salón de la esquina de Callao y Rivadavia se constituye el Foro del Pueblo Argentino contra el terrorismo de Estado convocado, entre otros, por las Madres de Plaza de Mayo, la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH), la CGT de la República Argentina, la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (siendo algunos de los oradores de esas jornadas) el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, Estela de Carlotto y Simón Lazara”.

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