El sur de la ciudad, especialmente Barracas, es una de las franjas que el gobierno porteño reactivó con mayor intensidad durante los últimos años, con el traslado de oficinas gubernamentales y la creación de nuevos distritos. “Las modificaciones urbanísticas que se podrían llegar a producir en este entorno impactarían significativamente en el carácter del parque, en las construcciones religiosas y en el barrio en su conjunto”, señala el proyecto de creación del área de amortiguación visual, remitido por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos a la Legislatura porteña la semana pasada.
Allí, los diputados se aprestan a sancionar el nuevo Código Urbano, que regula las alturas de los edificios en la ciudad. Luego de varias reuniones entre la Comisión de Monumentos y el Ministerio de Desarrollo Urbano para estipular cuánto deben medir las edificaciones en esa zona de Barracas, se acordó que el flamante código prohíba construcciones de más de 10,5 metros de altura en el entorno inmediato de la Basílica del Sagrado Corazón y del Parque Pereyra, ambos declarados monumento histórico nacional en 2017, explicó el Ministerio de Desarrollo Urbano.