LA CGT MARCHÓ A PLAZA DE AMYO PERO NO LLAMÓ A UN PARO GENERAL

En la movilización de la central obrera se esperaba el anuncio de una huelga, pero sólo se limitó a convocar al Comité Central Confederal para iniciar un plan de lucha, tras la fuerte presión de un sector de los “Gordos”, el más amigable con el gobierno, para desactivar la medida de fuerza. 
El acto de protesta de la CGT, con el apoyo de las dos CTA, movimientos sociales y piqueteros, concluyó con un escueto anuncio de una convocatoria al Comité Central Confederal (órgano rector de la central obrera donde está representados todos los sindicatos) para que se reúna el 25 de septiembre y lance un plan de lucha que incluya pedidos de audiencias a funcionarios, empresarios y legisladores, además de un paro general.
La fecha elegida no es casual: es un mes antes de las elecciones generales de octubre, lo que se vislumbra como una ventana para negociar con el gobierno con la amenaza de un paro general cerca de los comicios, algo que, según apuntan en un gremio de los “Gordos”, no va a ocurrir. 
Si bien la marcha tuvo un importante respaldo numérico  (por el fuerte aporte del sector de Camioneros que conducePablo Moyano y los movimientos sociales), a diferencia de otras ocaciones, fue magro el aporte de los gremios de mejor diálogo con la Casa Rosada. 
El único orador fue Juan Carlos Schmidt, líder de Dragado Balizamiento y uno de los integrantes del Triunvirio que está al frente de la CGT unificada el año pasado, tras años de ruptura. “No venimos detrás de ninguna candidatura”, aseguró el gremialista para alejar versiones de que el kirchnerismo duro estaba detrás de la movilización. No obstante, el exministro Axel Kicillof, el diputado Héctor Recalde y el candidato a senador Jorge Taiana se mostraron en la marcha.

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