CRISIS EN BRASIL: LA CORTE HABILITA REALIZAR JUICIO POLÍTICO A DILMA ROUSSEFF
La crisis política que atraviesa el gobierno de Brasil se agravó este miércoles tras la difusión de la grabación de una conversación en la que la presidenta Dilma Rousseff sugiere a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, que lo designaría ministro para que utilice los fueros de ese cargo “en caso de necesidad” y evite ir preso por el escándalo originado por el desvío multimillonario de fondos de la petrolera estatal Petrobras.

El juicio de destitución de la presidente brasileña Dilma Rousseff podrá proseguir, aunque el Senado, más favorable a la mandataria que la Cámara de Diputados, tendrá la última palabra, confirmó este miércoles la Corte Suprema.
Por 9 votos contra 2, los jueces de la Corte Suprema rechazaron los recursos presentados por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que cuestionaban las reglas establecidas en diciembre y acabaron trabando el proceso.
Mientras tanto, algunos miles de personas protestaban este miércoles frente al palacio del Planalto, sede del gobierno en Brasilia, y en la céntrica avenida Paulista, de San Pablo, contra la designación de Lula como ministro de la Casa Civil, anunciada oficialmente esta tarde, y reclamaban la “renuncia ya” de la mandataria.
En Brasilia se habían congregado unas 2.500 personas acompañadas por una treintena de legisladores, mientras en San Pablo -la mayor ciudad del país- se habían reunido al menos otras tantas, según reportaron los diarios Folha de Sao Paulo y O Globo en sus sitios de internet.
Al mismo tiempo, Rousseff permanecía reunida en el palacio de la Alvorada -residencia presidencial- con asesores y abogados, analizando los pasos a seguir.
En la conversación telefónica divulgada, Rousseff le dice a Lula que le envió con un mensajero un documento con su nombramiento como ministro de la Casa Civil, un cargo equivalente al de un primer ministro, para que lo utilizara “en caso de necesidad”.
“Estoy mandándote a Bessias junto con el papel, para que puedas tenerlo y usarlo en caso de necesidad, que es el término de la posesión”, manifiesta la mandataria.
Según los medios brasileños, la conversación tuvo lugar hace pocas horas y fue grabada por la Policía Federal con autorización del juez federal Sérgio Moro, quien tiene a cargo la investigación del escándalo en Petrobras.
Moro levantó el secreto de las escuchas telefónicas de Lula luego de que Rousseff anunciara este miércoles, más temprano, el nombramiento del ex presidente como ministro de la Casa Civil.
Rousseff sostuvo que la designación de Lula no persigue el objetivo de blindarlo contra la investigación y dijo que ésta proseguirá, pero en otra instancia.
“El cambio de instancia no significa que ya no será investigado, significa que la fiscalía y la Policía seguirán la investigación pero que el juez será la máxima corte”, dijo la jefa del Estado.
La mandataria agregó que “por detrás de la afirmación de que el cambio de instancia es para esconderse solo puede verse una desconfianza de la oposición con respecto al Supremo Tribunal Federal” (STF, corte suprema), y se preguntó: “¿Significa eso que la oposición quiere decir que el STF no es confiable?”
El cargo en el gabinete -que asumirá el martes próximo, según se anunció- le otorga a Lula fueros privilegiados, por lo que ya no podrá ser investigado por un juez federal sino solo por el STF.
Lula aceptó ser ministro de la Casa Civil de Rousseff -mismo cargo que ésta ocupó durante la segunda presidencia de aquél- en una reunión que ambos mantuvieron hoy y que continuó al extenso encuentro del martes.
El ex presidente regresó a San Pablo una vez aceptado el cargo, que convierte a uno de los mandatarios más populares de la historia de Brasil en el primero que será ministro después de haber sido jefe del Estado.
Lula asumirá un ministerio desde el que se controlan todos los resortes del poder, lo cual le permitirá influir en las decisiones de su sucesora y en las de su base parlamentaria, a la que intentará unir con vista al eventual juicio político contra Rousseff que el Congreso puede retomar en los próximos días.
La crisis ya había empeorado el martes, cuando la mandataria fue acusada por el ex jefe del oficialismo en el Senado Delcidio Amaral, detenido por el caso Petrobras, de haber estado al tanto de la red de corrupción en la petrolera y hasta de haber maniobrado para intentar liberar a algunos de los detenidos por ese asunto.
Días atrás cuando ya había trascendido esa declaración, Rousseff negó de manera tajante las acusaciones, se declaró indignada y recordó sus días en la prisión durante la dictadura, cuando fue torturada, al afirmar que “nunca” respetó “a los delatores”.
En paralelo, siguen las causas abiertas contra Lula, en las que es sospechoso de enriquecimiento ilícito, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, cargos por los que la Justicia aún no se ha pronunciado pero que llevaron a la Fiscalía de San Pablo a pedir su detención preventiva.
El pedido de detención aún no fue decidido debido a que el Tribunal paulista pidió unificar causas y transferir la solicitud de los fiscales al juez federal Moro.
Fuente: Agencias ABR, Brasil 247, ANSA, DPA y EFE; diarios Folha de Sao Paulo y O Globo.

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