El gobierno de Mauricio Macri presentará hoy el proyecto de ley para la transferencia del subte. Con sus legisladores y economistas trabajando contrarreloj –algunos aseguraban que no llegarían y se postergaría hasta el martes–, el jefe de Gobierno enviará a la Legislatura un texto cuyos detalles mantiene en secreto. Según han ido señalando diversas fuentes del PRO a este diario, el traspaso del subte incluiría un paquete de impuestos: un nuevo gravamen a los combustibles, un aumento de los peajes de AUSA y, tal vez, del impuesto a las patentes. El legislador de Proyecto Sur Rafael Gentili presentó, en tanto, su propio proyecto de financiamiento del subte, que calcula un gasto de 600 millones de pesos anuales.

Así como hubo un inusual hermetismo en torno del anuncio de Macri de que aceptaba el traspaso, Macri ordenó a quienes estaban redactándolo que mantengan en secreto su contenido. En la reunión con los opositores porteños, el líder de PRO les pidió que lo apoyen, pero no les facilitó ninguna precisión. Sólo les dijo que no pensaba mencionar el acta-acuerdo que firmó en enero con el gobierno nacional ni la ley de traspaso del Congreso, sino que iba a reasumir unilateralmente el control del subte. Afirmó que el contrato con Metrovías “se cae” y habrá que negociar uno nuevo. La empresa del Grupo Roggio tomó esto con llamativa tranquilidad.

El proyecto vendría acompañado de un combo de nuevos impuestos y subas de los actuales. Según advertían en Bolívar 1, algunos items estarían puestos en el texto para negociar con la oposición su retiro del proyecto. Por ejemplo, se hablaba de incluir una renegociación de las horas de trabajo (los trabajadores del subte consiguieron que la jornada sea de seis horas). También harían un censo para ver si todos los puestos de trabajos son necesarios. Dos medidas bien PRO.

El hermetismo se trasladó también a la fecha en que se iba a presentar el proyecto en la Legislatura. Ayer, por ejemplo, una fuente de Bolívar 1 le confirmó a este diario que sería hoy, mientras que uno de los redactores del texto sostuvo primero que iba a ser el martes y luego recapacitó: “Puede ser mañana (por hoy) o el martes”. La principal preocupación es que no sabía si llegaban a tiempo a cerrar los detalles.