| PIDEN LA INTERVENCIÓN DE LA CORTE |
Los diputados Daniel Amoroso y Graciela Ocaña volvieron a presentarse ante la Justicia por el conflicto en el subte y reclamaron la creación urgente de “un organismo de emergencia que se haga cargo del mantenimiento y control de la gestión de la red de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires”.
Luego de que el juez en lo Contencioso y Administrativo Esteban Furnari rechazara un recurso presentado por los diputados Graciela Ocaña y Daniel Amoroso, el 2 de mayo pasado referido a la situación del subte, ambos legisladores presentaron este jueves una apelación ante la Cámara, dando cuenta de la “desprotección de los usuarios” de este medio de transporte.
Los legisladores reincidieron en su presentación ante la Justicia para que la misma intervenga en el tema subterráneos, dado que consideran que los gobiernos “están jugando al gran bonete”.
Ambos diputados pidieron “una intervención fuerte de la Justicia que proteja a los usuarios, más allá de la coyuntura actual”, y se quejaron de que los gobiernos de la Nación y la Ciudad están “jugando al gran bonete” y “no se hacen cargo” de la administración del subte.
“En el marco del conflicto por el traspaso de la red de subtes, los gobiernos de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires han tomado la decisión de desentenderse del mantenimiento, fiscalización, control, seguridad, e inversiones que reclama el servicio; todo ello en detrimento de los derechos de los usuarios del servicio. A ello, por si fuera poco, se ha sumado el renovado conflicto mantenido con los trabajadores del sector, el cual ha derivado en un paro de actividades con seria afectación del servicio para los usuarios”, coincidieron Amoroso y Ocaña.
Para finalizar expresaron: “Mientras la Nación dice que la culpa la tiene la Ciudad y el Gobierno de la Ciudad dice que la culpa es del Gobierno nacional, los usuarios del servicio somos utilizados como rehenes en la disputa, sin que, como en el popular juego del gran bonete, se sepa quién tiene la potestad de contralor, fiscalización, mantenimiento, seguridad y ejecución de obras. Ante el reclamo, tanto el Gobierno nacional como el Gobierno de la Ciudad, miran para otro lado exclamando: yo señor, no señor”.
