“No hay una razón para la toma”, reiteró el ministro y consideró que “si yo estoy dialogando con alguien, que es lo que veníamos haciendo, y ese alguien toma un decisión unilateral de interrumpir el diálogo, ese alguien tiene que tomar otra decisión unilateral de continuarlo”.

Por otra parte, apoyó la postura del director del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, quien sostiene que la sanción que le cabe a los estudiantes que el miércoles pasado “profanaron” el templo de la iglesia San Ignacio de Loyola es la expulsión. “Creo que el que hace este tipo de acciones merece la máxima medida de sanción”, dijo el funcionario y explicó: “En la Ciudad no podría hacerlo porque no existe la expulsión, pero creo en este caso que la herramienta existe y además el propio rector la ha expresado”.

“Plantear a esta altura de nuestra civilización que la única cosa que ilumina es algo que arde es una expresión que usaban en la Edad Media”, consideró el funcionario macrista en referencia a uno de los grafitis que los alumnos escribieron en el templo.

En referencia a la reforma educativa, Bullrich insistió: “Dicen que queremos sacar materias, no queremos sacar las materias; dicen que queremos reducir la diversidad de la Ciudad de Buenos Aires, no queremos reducir la diversidad de la Ciudad de Buenos Aires; dicen que queremos echar docentes, no queremos echar docentes. No hay ninguna razón, todos los argumentos que van esgrimiendo ya los hemos contestado”.

La protesta, que se suma a los reclamos que los estudiantes vienen realizando desde hace más de un año, se realiza por los cambios que pretende realizar el Ministerio de Educación porteño en las currículas de los colegios, porque de aplicarse se disminuiría la cantidad de orientaciones, según los estudiantes.